Lima, 12 de enero. En octubre de 1960, Santiago de Chile fue testigo de los emocionantes Primeros Juegos Atléticos Iberoamericanos, celebrados en el majestuoso Estadio Nacional. Durante seis días, del 11 al 16 de ese mes, atletas de 15 países participaron en una competencia que marcó el inicio de una tradición deportiva que se mantiene vigente.

El evento contó con la participación de 325 atletas, de los cuales 278 eran hombres y 47 mujeres. Los países representados incluyeron a España, Portugal, Argentina, Brasil, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Guatemala, Panamá, Puerto Rico, México, Perú, Cuba y el anfitrión, Chile. En total, se llevaron a cabo 31 pruebas, siendo 22 en la categoría masculina y 9 en la femenina.

Entre los destacados de la primera edición se encontraba el atleta argentino Osvaldo Suárez, quien brilló al ganar tres medallas de oro en las pruebas de 5,000 metros, 10,000 metros y maratón. Asimismo, el velocista venezolano Rafael Romero impresionó al conseguir dos preseas doradas al triunfar en las pruebas de 100 y 200 metros.

En la tabla de medallas masculina, Argentina se ubicó en la cima con un total de 12 medallas, distribuidas en 6 de oro, 4 de plata y 2 de bronce. Le siguió Venezuela con 6 medallas (4 de oro, 1 de plata y 1 de bronce), y Puerto Rico se situó en la tercera posición con 5 medallas (3 de oro, 1 de plata y 1 de bronce).

En la competencia femenina, las tres primeras posiciones fueron ocupadas por Panamá con 3 medallas de oro y 1 de plata. Brasil se ubicó en el segundo lugar con 2 medallas de oro, 3 de plata y 1 de bronce, mientras que Argentina cerró el podio con 2 medallas de oro, 3 de plata y 2 de bronce.

Sin embargo, en la clasificación general, la categoría masculina favoreció a Argentina con 113 puntos, seguido de España con 109 puntos y Brasil con 103 puntos. En la rama femenina, Brasil alcanzó la primera posición con 64 puntos, seguido por Chile con 63 y Argentina con 60.

Estos primeros Juegos Atléticos Iberoamericanos no solo fueron una celebración del talento atlético en la región, sino también el comienzo de una tradición que continuaría fortaleciendo los lazos deportivos entre los países que integran la AIA (Asociación Iberoamericana de Atletismo).

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